Mi marido de lo único que es culpable es de saberse ganar la vida. Sí los demás se dejan perder,no es su culpa.
-Pero, ¿Qué crisis? Se trata de una deceleración de nuestro entusiasmo inicial. Sólo eso, amor mío.
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El pícaro aseguraba, sin titubear, que un oscuro poder le retenía en la cama hasta bien entrada la mañana.
Y así, en su silla de hierro, recorre recio los obtusos caminos de la sociedad.
El pícaro aseguraba, sin titubear, que un oscuro poder le retenía en la cama hasta bien entrada la mañana.
Y así, en su silla de hierro, recorre recio los obtusos caminos de la sociedad.
Con la edad iba ganando en reflejos. Eran de color plata
En las distancias cortas era increíblemente magnético, debido a su aliento
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