martes, 25 de enero de 2022

Epicteto

 

"Establece ya para ti mismo un carácter y un estilo de vida, y síguete a ellos, tanto frente a ti mismo como en relación con los demás. Mantente principalmente en silencio y habla lo estrictamente justo y necesario. De manera esporádica, cuando lo requiera la ocasión, participa en la conversación, pero nunca sobre asuntos banales, como los combates de gladiadores, las carreras de caballos, los atletas, la comida o la bebida los temas de siempre y, sobre todo, jamás para criticar, elogiar o comparar a la gente. En la medida que te sea posible, conocer las conversaciones hacia lo conveniente y mediante tus palabras."
--Epicteto

 

EL MENSAJE DEL ANILLO.

Una vez, un rey de un país no muy lejano reunió a los sabios de su corte y les dijo:
– «He mandado hacer un precioso anillo con un diamante, con uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del diamante de mi anillo».
Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados… pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.
El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos. El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo:
 “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”
– «¿Cómo lo sabes preguntó el rey”?
– “Durante mi larga vida en Palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un maestro. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.
En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.
– “Pero no lo leas», dijo. «Mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación”.
Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado.
Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.
Caer por él, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.
Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento…
Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.
En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.
Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.
El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.
El día de la victoria, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile…y el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.
En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo:
– “Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo”
– “¿Qué quieres decir?”, preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia y alegría, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”.
– “Escucha”, dijo el anciano. “Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje… “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”
Y, nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo, el ego había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno.
Entonces el anciano le dijo:
– “Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.”

El estoicismo no es solo una filosofía para ayudarte en los malos momentos, el estoicismo es una filosofía para vivir siendo consciente de que nada perdura y que a través de observar la naturaleza aprender distintas lecciones que aplicar en todo tipo de situaciones en la vida, una de esas lecciones es que todo es constante cambio, y a partir de aquí tratar de valorar las cosas sabiendo que no perdurarán dándole el valor que merecen, aprender a no posponer y a no tomarnos nada demasiado enserio, pues nada durará para siempre.

"Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos con la misma indiferencia."
-Rudyard Kipling

domingo, 28 de noviembre de 2021

Estar atento

Nuestro protagonista se levantó ese día de la cama con ganas de bajar a dar su paseo
-aunque sean quince minutos-pensó.
Era sábado, día reservado para su paseo por la naturaleza. ¡Que buen dia de invierno hace, Sol y fresquito!- se decía mientras trazaba mentalmente la ruta por donde caminaría.
Aprovecho para bajar unos restos de cartón que tenía acumulados en casa. Los metió en una gran bolsa de plástico y bajo impaciente, como si no pudiese perder más tiempo. 
Una vez en la calle, mientras estaba llegando al contenedor de cartón vio lo que parecía un "sin techo" con un par de mochilas buscando monedas en los parquímetros de la calle. Al no tener éxito probó a examinar un contenedor de ropa usada para ver si le servía algo.
Nuestro protagonista le alcanzó y llegó a ponerse a su lado caminado. Cuando paso cerca del indigente se sintió observado por él,  curioso de ver que hacía. A nuestro protagonista no le importó y se dispuso a  tirar el cartón pero se dejó la gran bolsa para tirarla más adelante en otro contenedor de plástico. El indigente seguía observando y ya andaba paralelo a nuestro amigo. Cuando nuestro protagonista tiro la bolsa en el siguiente contenedor el indigente empezó a hacer gestos de desaprobación y hablar en un idioma que nuestro amigo desconocía. Se dió cuenta enseguida que el hombre se lamentaba por haber tirado la bolsa de plástico.
-Habérmela pedido- le indico al pobre hombre pero este no hacía más que lamentarse sin poder hablar un palabra entendible.
Sin pensarlo mucho nuestro protagonista intento recuperar la bolsa del contenedor pero está habia  caído al fondo y era imposible recuperarla. El hombre, resignado, le hizo un gesto de que no se preocupase y se alejó.
¡Uf¡ Pobre hombre- pensó 
Hay veces que las situaciones a las que nos enfrentamos nos parecen divertidas o incómodas. Estas situaciones se pueden dar a diario y sin embargo no darnos cuenta. 
Hay que estar atentos, se recordó nuestro amigo, atento ¡Claro que sí!
Se guardó la incomodidad y sin reparo cogió unas monedas y alcanzó al indigente en un semáforo para dárselas
- Aceptas dinero?-le preguntó. El hombre estaba confundido pero cuando se dio cuenta del las intenciones del nuestro protagonista sonrió y empezó a asentir.-por favor coge estas monedas y comprate algo- le puso las monedas en la mano y se marchó. 
Se marchó con paso acelerado, no por haber perdido tiempo con el encuentro sino por no alargar la incomodidad que sentía.

Un poco más lejos, ya en pleno paseo, no se sentía mejor persona ni mejor ciudadano. Ni nada por el estilo . En absoluto. Simplemente se puso a pensar en todo lo que había pasado y quiso recordar cuando fue la última vez que estuvo atento
No lo recordaba....

sábado, 27 de noviembre de 2021

Me convencí

Me convencí hace unos años que escribir me daría popularidad. Si, popularidad dicho en castellano, sin englicismos raros. Popularidad en las redes sociales. Esas que surgieron hace nueve o diez años y yo veía a la gente, algunos auténticos otro no tanto, tener eso; popularidad.
Me gustaban como escribían y yo quería ser igual. Decidí aportar los que saliera de mi para intentar ser igual de bien escritor y con ello ser igual de popularidad. Ese camino me llevo hasta participar en talleres de escritura de un fantasma. Lo recuerdo con mucho cariño. Luego su vida se volcó de repente con la muerte. de un hijo
El camino que andaba no estaba mal porque sacaba lo mejor de mi. Todo mi valor como escritor . Me esforzaba y se notaba. Ahora, los leo y disfruto con estos escritos. Pero el destino de ese camino estaba equivocado. Ahora, con el pago de los años puedo verlo con claridad. Mi fin era solo esa popularidad, aunque insistía e insistía a los demás y a mi mismo que no. Que escribía para mi mismo. Era mentira, no me conocía. Me cansé porque no obtuve seguidores suficientes y lo deje. No era para mi mismo. Si lo hubiese sido sería como ahora. De verdad, y la verdad sólo está dentro

Mi yo de ahora lo ve. Lo nota. Pero tampoco culpa a aquel yo. Ni mucho menos. La calidad y cantidad de aquello está muy bien. Como he dicho antes lo he disfrutado. Le agradezco todo aquello porque me hace sentir que tengo valor dar a los demás o en este caso, si, valor para darme a mi mismo

Sábado 27 Noviembre 2021. 19;25 h

miércoles, 10 de julio de 2013

EL PESCADOR

Una barca varada, el honor herido.

Su historia no contada, el lomo molido.

Apura su calada, destino sabido.

La pena aliada, con todo su olvido.

lunes, 22 de abril de 2013

TIERRA. Y ADEMAS TIERRA

Tierra tan sólo. Tierra
Arraigada a mis pies.
Pequeño, mi cuerpo yerra.
Imantado en tu piel.
Fuerte y recia . Hendida,
tu fragancia recibida.
En cada huella, un suspiro.
En esta vastedad, yo deliro
Quemada y yerma. Fecunda,
de tu latir escucho el trote
Aquí, una flor de jara moribunda,
allá, asoman los  tiernos brotes.
Tostada y sombría. Tan Plena.
Mamar de tu teta llena.
En cada palmo, un cobijo.
Fieros, se hacen tus hijos.
Tan magna, toda en mi mano
Donde el recuerdo se aferra,
donde cae el sudor,  hermano.
Tierra. Y además Tierra.




martes, 2 de abril de 2013

ACRÓSTICOS




QUIJOTE
Quizás no sólo sea un personaje, sino una forma de vida.
Una, en la que se defiende el honor y la virtud.
Incapaz de rehusar a la contienda por las innumerables injusticias
Joven o viejo, cuando el deber llama no hay excusas.
Oro y fama resultan banales en su peregrinación.
Temido por los necios, adorado por los locos.
España debería llevar en su escudo la silueta de su triste figura.


LOBO
Los ojos como dos gotas de ámbar.
Oculta su aullido en nuestros montes.
Baluarte de la naturaleza más salvaje.
Osado, recio y de noble condición.


SERPIENTE
Sisea
Escupe o muerde
Rápida
Pérfida
Insurrecta
Esquiva
Nivelada al suelo
Taimada
Erizará tu piel




PABLO
Perspicaz Activo 
Bondadoso 
Luminoso 
Obsequioso

DIEGO
Danzarin
Impulsivo
Embrujador
Guapo
Oso de peluche


Epicteto

  "Establece ya para ti mismo un carácter y un estilo de vida, y síguete a ellos, tanto frente a ti mismo como en relación con los demá...